jueves, 26 de agosto de 2010

Viste por dentro un armario ropero

De forma fácil y económica podemos cambiar el aspecto de nuestro ropero, forrando las paredes interiores y los frentes de los cajones con una tela estampada.
La graparemos a la pared cuidando que quede sin arrugas, para lo que fijaremos la pieza desde arriba con unas grapas y la vamos tensando conforme descendemos. Lo mismo hacemos por los lados. Si hay unir varias piezas de tela procuraremos que las uniones queden en las esquinas, aunque luego las disimularemos pegando un galón sobre ellas.
Forraremos los frentes de los cajones de la misma tela y, como idea, podemos usar trozos de galones para confeccionar los tiradores. Otra opción para los cajones es usar cenefas adhesivas que coordinen con la tela del armario.
También podemos forrar la parte interior de las puertas del armario.
Otra opción, puede ser usar papel pintado en lugar de tela.

lunes, 23 de agosto de 2010

Mantenimiento del papel pintado

El papel pintado tipo vinílico ha sido concebido para poder ser limpiado a menudo. Sin embargo, lo más usual es que el papel pintado de tus paredes no lo sea, por lo que eliminar una mancha o reparar un roto se torna un auténtico problema.
Esporádicamente, aunque el papel pintado no sea vinílico, podemos darle un lavado muy cuidadoso.
Utilizaremos una esponja ligeramente humedecida (no mojada, ya que la humedad es un enemigo del papel pintado) con jabón neutro muy diluido, escurriéndola muy bien. Si nos excedemos en el agua de la esponja, no sólo corremos el riesgo de deteriorar el papel, sino que además, es muy posible que afectemos a la cola que lo une a la pared, pudiéndose producir un descolgamiento.
Si lo que tenemos es una rotura, lo ideal sería volver a pegar un trozo nuevo con cola de empapelar. Si se trata de un área muy pequeñita podemos usar adhesivo vinílico extendido con un pincel.

Persianas de lamas

Es bastante sencillo mantener las persinas de lamas, ya sean de exterior o de interior, en perfecto estado, y no dejar que se deterioren y, finalmente, haya que tirarlas.

Si son lamas de plástico para interior, límpialas con un cepillo para quitar el polvo por ambas caras de la lama. Si hay demasiada suciedad limpia desde arriba hacia abajo con agua y detergente amonicado.

En el caso de que las lamas sean de madera para interior, pasa un plumero a diario y una vez al mes la aspiradora. También puedes usar espumas secas (como las empleadas para tapicerías y alfombras) para limpiar en profundidad y proteger del polvo.

A las persianas de lamas de madera, sobre todo de exterior, debemos barnizarlas y untarlas con aceite de linaza, al menos un par de veces al año. Es la mejor forma de protegerlas del sol, la humedad y la intemperie.

Cuando el barniz esté cuarteado por el sol y el paso del tiempo, límpialo con esencia de trementina y aplica una nueva capa de barniz.